El viernes fue de otro color. Gris panzaburra. Casi opaco. Pero hicimos nuestra la frase de "a mal tiempo buena cara" y subimos a La Pedriza a pasear. Llovía, pero quedó claro que teníamos ganas de respirar y transpirar. Al final anduvimos 6 horas entre caos de rocas inmensas, algo desorientados por la niebla, las nubes bajas y la falta de mapa... Vimos a las cabras y algún que otro excursionista, pero el día fue tranquilo más allá del aparcamiento.
Prueba de ello es la foto, en la que David y Jose posan y simulan que buscan la señal del PR, siempre esquiva, que podría haber ilustrado la noticia "tres excursionistas se pierden en el Día del Padre dando un paseo por el monte". Al final quedó en nada, pero la próxima vez seguiremos adelante, hasta los Picos de Europa.