La Surly Straggler con las Viscacha, Sweetroll y Pocket de Revelate Designs. |
Para ello, en esta ocasión me prestaron tres bolsas de bikepacking de la firma estadounidense Revelate Designs con tal de realizar un test, así que el equipaje lo distribuí del siguiente modo:
a) EN EL MANILLAR
1 saco de dormir de pluma de 1 kg
4 barritas PowerBar Energize
2 barritas PowerBar Ride
2 PowerGel
2 barritas PowerBar Protein Plus
2 sobres de bebida Isoactive PowerBar
1 mini-cepillo de dientes
1 mini-tubo de dentífrico
1 cuchara ultraligera
1 foco delantero Half Egg 500 HG de Natural Shine y una batería ligera de 5000ma
1 minifrontal Petzl E+lite Zip (para el refugio)
1 navaja multiusos (que rara vez uso, pero ya se sabe...)
3 baterías extra para el GPS (en este tipo de rutas, en las que se mira poco el GPS, una batería sobra para 1 día de pedaleo, pero nunca está de más...)
1 ejemplar de En el balneario, del mordaz Hermann Hesse (para las 4 horas y media de tren, sumando ida y vuelta)
Todo ello lo repartí entre una Sweetroll, que se cuelga del manillar con 2 cinchas de hebilla y se fija al tubo de dirección mediante otra más, y una Pocket, que se sujeta y ajusta con dos cinchas de hebilla directamente a la Sweetroll.
Ambas bolsas forman un pack muy compacto, con una capacidad asombrosa, especialmente si el manillar es de mountain bike, pues permite usar la Sweetroll en toda su extensión. Si llevamos manillar de carretera, en cambio, la Sweetroll no se puede extender del todo, por lo que su capacidad se ve reducida casi a la mitad. Aún y así, me cupo perfectamente un saco de dormir de tres estaciones.
La Sweetroll y la Pocket dejan el manillar libre para colocar las manos en todas las posiciones posibles. |
b) EN EL SILLÍN
1 mallas térmicas Montane
1 camiseta manga larga térmica Montane
1 chaqueta manga larga térmica Montane
1 gorro Matt colección Catalina Estrada (¡gracias, Catalina!)
1 guantes largos Bontrager ultrafinos
1 cena (bolsa zip con 250 gramos de cous-cous instantáneo, pasas, pipas y sal, todo mezclado)
1 desayuno (bolsa zip con 250 gramos de avena, cereales y frutas desecadas, con varias cucharadas de leche en polvo –en teoría, porque se me olvidó este ingrediente y la mezcla estaba aún peor que de costumbre–, café soluble y azúcar, todo mezclado)
2 sopinstant de verduras
1 kit de cocina (1 minihornillo Markill Peak Ignition, 1 minicarga de gas y 1 miniencendedor dentro de 1 minicazo con su tapita, total 440 gramos con la carga de gas completa)
1 pack de 5 toallitas húmedas (y sobraron, qué frío en la "ducha")
2 metros de papel WC (no más)
1 esterilla hinchable ultraligera (el Light Mat de Camp, de 315 gramos; plegado ocupa 22 x 6 cm; hinchado, 180 x 45 cm)
Todo ello lo metí en una Viscacha, que llevé siempre a media carga. Esta bolsa se sujeta a los raíles del sillín con dos cinchas de hebilla de plástico y a la tija de sillín mediante otras dos cinchas con velcros, de manera que se adapta a toda clase de sillines y se puede ajustar para que quede totalmente fija.
De un lado. |
Del otro. |
Desde detrás. |
c) EN EL CUADRO
1 bomba de aire
2 botellines de 750 ml
1 GPS TwoNav Sportiva
d) EN EL CAMELBAK
En esta salida la verdad es que podría haber prescindido del Camelbak, pues en la Pocket y la Viscacha me sobró espacio en todo momento, pero necesitaba un depósito de agua extra para llevar el agua desde el último pueblo hasta el refugio, pues no sabía si allí encontraría agua potable, y con los 2 bidones de 750 ml no suelo tener suficiente para rehidratarme tras la etapa, preparar la cena y el desayuno. Por este motivo cargué con un Camelbak pequeño, en el que llevaba:
1 monedero con los $$
1 teléfono móvil antediluviano, de aquellos cuya batería dura más de un día, y de dos, y de tres
1 luz led roja trasera
1 cámara de repuesto del tamaño correspondiente
1 kit de parches
2 desmontables
1 multillave con tronchacadenas
1 powerlink
1 minibotellita de cera lubricante
5 bridas de plástico
e) EN LOS BOLSILLOS DEL MAILLOT
1 cámara de fotos compacta Panasonic Lumix DMC FT1 (de 2009)
1 cortavientos ultraligero Northwave
Carga bien repartida :-) |
"REVELACIONES" SOBRE LAS BIKEPACKS DE REVELATE DESIGNS
· Sólo las he usado dos días, pero no eran nuevas y me consta que su propietario las tiene desde hace unos dos años, en los que les ha dado un uso intenso en diferentes travesías, y siguen en perfecto estado. Tienen buenos acabados y la verdad es que parecen indestructibles.
· Sobre su estanqueidad, a mí no me llovió, pero el tejido según el fabricante es 100% impermeable.
>>> SWEETROLL + POCKET
· El pack Sweetroll + Pocket en el manillar me pareció muy cómodo. En la conducción no se nota lo más mínimo, pues queda perfectamente fijado. No salta, ni vibra, ni tan siquiera en los caminos más irregulares.
· Al colgar a unos centímetros del manillar, la Sweetroll deja libre el espacio necesario para colocar las manos en todas las posiciones posibles, cosa que no podía hacer con mi invento casero hecho a partir de la bolsa de una vieja tienda de camping ;-)
· A nivel práctico, la Sweetroll es la bolsa menos accesible de todas, especialmente al montarla en un manillar de carretera, pues tiene las entradas por sus extremos, en ambos lados. Por esta razón, en la Sweetroll hay que meter lo que vayamos a usar sólo en determinadas circunstancias: el saco de dormir, por ejemplo.
· Sólo tiene una pega, un inconveniente que por lo que he podido observar es común a la gran mayoría de bolsas de bikepacking: con las vibraciones y los kilómetros, acaban marcando el cuadro allí donde hay contacto. Para evitarlo, no se me ocurre otra cosa que colocar piezas de algún material más tierno, mimoso y amigable que amortigüe los efectos de esa abrasión en esos puntos "calientes".
· De la Sweetroll hay 3 tamaños: S (10 litros), M (14 litros) y L (18 litros). El fabricante, para uso mountain biker recomienda los modelos S o M.
· A pesar de que al montar la Pocket pensé que era un apéndice un poco exagerado y estuve a punto de dejarla en casa –sobre todo cuando comprendí que debía llevarme el Camelbak para tener suficiente agua para la cena y el desayuno–, durante la travesía me pareció muy práctica, además de sorprendentemente espaciosa. En ella hay que llevar todo lo que necesitemos más a mano. En un manillar de carretera pierde un poco de su capacidad original, pues el cableado la limita ligeramente, pero es muy accesible incluso sobre la marcha gracias a su gran cremallera. Esta bolsa es el complemento perfecto para la Sweetroll.
La Viscacha, bajo en el sillín. Las Sweetroll y Pocket, en el manillar. |
>>> VISCACHA
· Por su parte, la Viscacha es una bolsa de sillín de gran capacidad, de forma alargada, cuyo sistema de cierre le permite crecer o compactarse, en función de la necesidad de cada momento (de 6 a 14 litros), de manera que nunca va medio vacía y la carga no baila, quedando siempre bien controlada.
· Me pareció muy práctica, resistente y bien diseñada, ideal tanto para rutas de asfalto como de mountain bike. Al observarla con detalle, comprendes la complejidad de su fabricación, con refuerzos en los lugares indicados y un sistema de cinchas que comprime la bolsa allí donde es necesario.
· También me pareció fácil de colocar y, lo que es más importante, no se desajustó ni se aflojó ninguna de sus cinchas en toda la ruta.
· Una pega: los que tenemos las piernas fornidas también por su cara interna notamos en cada pedalada el roce de la bolsa con nuestros poderosos y abultados isquiotibiales. Es cierto que al cabo de un rato no lo notas –es decir, te acostumbras–, pero es un aspecto que conviene tener en cuenta si se es más sensible a este tipo de roce.
· Un detalle: para bicicletas de talla pequeña o con poco espacio entre el sillín y la rueda, conviene asegurarse de que habrá hueco suficiente para la Viscacha. El fabricante considera que ha de haber un mínimo de 8 pulgadas (21 cm) entre los raíles del sillín y la parte más alta de la rueda.