En tiempos de triatlón, duatlón, ironman, aquatlón... hoy se nos ha ocurrido ir en bicicleta hasta las instalaciones del C.N. Bétulo para hacer una ruta en kayak por la costa de Badalona. Aunque no era una competición, lo hemos bautizado con el rimbombante nombre de Extrem Challenging Ciclo-kayaking BCN-BDN-BCN Contest y la verdad es que, bromas aparte, ha cundido lo suficiente tanto a nivel físico como psicológico.
A nivel físico, porque no estamos nada acostumbrados a usar el tren superior como motor corporal. Y a nivel mental, porque desde el kayak, en silencio, alejados del mundo (no demasiado, sólo lo justo), las cosas se ven con otro prisma, desde una perspectiva difícil de imaginar cuando estás en el "otro lado". Sí. En realidad, el kayak te lleva justo al "otro lado". Y es que habíamos pasado muchas veces por el puente del Besós, bajo la larga sombra de las Tres Chimeneas de la vieja (viejísima) central de FECSA (la que sale en la película Biutiful), pero nunca habíamos visto este paisaje tan peculiar desde el mar. De algún modo, es como si explorases, como si sondeases los confines de la civilización. Es una especie de paseo a extramuros del mundo que sueles habitar.
Tras embarcar sobre un mar liso y transparente, hemos puesto rumbo al viejo Puente del Petróleo, hoy convertido en pasarela elevada sobre el mar. Luego hemos enfilado hacia la desembocadura del Besós y los tubos de refrigeración de la antigua central térmica de FECSA, la de las tres chimeneas, que por lo visto se va a quedar ahí, cayéndose a pedazos, unos cuantos años más... Un paisaje peculiar, anacrónico, un tanto decadente, pero a la vez atractivo, además de muy fotogénico.
Íbamos sin prisas, sorprendiéndonos de vez en cuando por la silueta de algún pez de considerable tamaño, y hemos podido probar el nuevo Suunto Ambit y su GPS incorporado que te dice la velocidad a la que avanzas, la distancia recorrida... (mejor no comentar nada sobre la velocidad).
Luego hemos llegado al puerto del Fòrum y a sus piscinitas artificiales, donde hemos visto desfilar a un centenar de barcos de vela que se preparaban para una regata olímpica. La vela, un gran invento...
Luego hemos vuelto por el mismo camino, pero más rápido porque el viento era de cola y porque, faltos de experiencia, no habíamos tomado la precaución de ir al baño antes de meternos en el kayak. Con extrema urgencia y la bufeta con forma de pez globo, hemos regresado a lo que daban las palas hasta la playa de Badalona, que hacia mediodía empezaba a mostrarse preveraniega. El regreso a Barcelona, por supuesto, ha sido en bicicleta, con lo que nos hemos ganado el conmemorativo maillot de finishers de la primera edición del Extrem Challenging Ciclo-kayaking BCN-BDN-BCN Contest, del que estamos seguros se celebrarán nuevas ediciones.
La ruta que organizan en el C.N. Bétulo, muy recomendable. Sólo un consejo (o, mejor aún, dos): 1) usa una gorra para protegerte del sol y 2) vacía "depósitos" antes de subir al kayak; nunca se sabe cuando vas a llegar a buen puerto.