"Durante ocho días he subido y bajado montañas. He llevado en ristre un reto con una dura cordillera y aunque me lo ha puesto difícil, he vencido. Cada día, una prueba. Ningún esfuerzo ha sido en vano, pues ahora sé cómo se consigue todo: luchando. Aquí os dejo un breve resumen de mis vivencias en tierras pirenaicas. Días enteros cabalgando sin descanso sobre una bicicleta. Noches frías y húmedas bajo el triángulo de tela fina. Una aventura soñada durante meses, hecha realidad."
Era el párrafo inicial de mi resumen de viaje, que enseñé con apenas 18 años en la redacción de Solo Bici. Me atendió Nacho Bertrán, entonces director de la revista. Leyó el texto y vio las fotos. Días después me invitó amablemente a seguir viajando y a aprender un poco de fotografía. Le hice caso, o al menos lo intenté. Y al cabo de poco regresé con un nuevo reportaje. Aquel sí le gustó. Lo publicó meses más tarde.
Las copias originales de aquellas fotos de papel de mi primera Transpirenaica jamás las recuperé, pero viendo la de arriba, que recuperé junto al diario, es fácil comprender porqué Nacho no vio claro aquel reportaje.
