viernes, 31 de julio de 2009
Asturias...
Qué pequeño es el mundo... Mañana viajo a Arriondas, Asturias. 14 horas de bus para retratar el descenso del Sella y otras tantas horas de bus para regresar a casa. Echo de menos viajar sin reloj. Cuando todo es fácil. Cuando las ideas más sólidas fluyen ligeras. Cuando no hay dos noches iguales. Ni dos días iguales. Ni dos aguas iguales. Os recomiendo leer De la Alcarria al Himalaya, de Miguel Ángel Díaz, un libro sobre un viaje en bicicleta tan irrepetible como todos los viajes. Un libro que tuve en mis manos una docena de veces y que jamás empecé. Hoy lo he disfrutado mucho. No me arrepiento de haber tardado tanto en leerlo. A veces es mejor hacer las cosas en su momento. Ni antes, ni después. Y Miguel Ángel Díaz me ha recordado lo que es viajar por la vida. Y me ha envenenado.