sábado, 18 de julio de 2009

24 hours a day


Las 24 horas ciclistas de Montjuïc me trajeron recuerdos de otros tiempos en los que aspirando conocer mis propios límites era capaz de girar y girar alrededor de un circuito, bloquear el pensamiento, aliarme a la idea del dolor y la fatiga soportable y entrenar durante horas, días, semanas y meses pensando en pruebas deportivas ridículamente machaconas... Una vez, con apenas 22 años, estuve en una carrera de 24 horas en bicicleta de montaña que se celebraba en el circuito de Marata, Granollers. Ciertamente ilusionado, me apunté en la categoría individual y en la primera vuelta me di cuenta de que el circuito era mucho más técnico de lo que podría haber imaginado -mi nivel de mountain bike, por aquel entonces, era aún peor que hoy día- y que si ya era difícil con las piernas frescas y a plena luz del día, de noche y con horas y horas de esfuerzo constante iba a ser prácticamente suicida.

El turno aventurero les ha llegado a Ramon y Toni, de Andorra, amigos de la Titan Desert que hicieron equipo de relevos de dos para las 24 horas de Montjuïc. Ahí estuvimos como asistencia, dándoles agüita fría, reparando algún que otro pinchazo y bebiéndonos sus cervezas. Casi había olvidado lo que no es dormir en toda la noche. Lo que molesta la luz del sol, en pleno verano, a la mañana siguiente. Lo largo que es el día. La cantidad de cosas que se pueden hacer en un día. En 24 horas.