Ayer unas cuantas personas vieron a un tipo que se parecía a mí en la tele. Era un programa de entretenimiento de esos que dan a las tantas de la noche, en los que un concursante debe adivinar la identidad oculta de doce personas que no pueden dar demasiadas pistas y los únicos datos los establece el guionista.
El concursante acertó varias identidades a la primera, sin pensarlo mucho, dejándose llevar por su instinto. Y estuvo a punto de desvelar la mía del mismo modo, pero pidió mi pista, y eso le despistó completamente.
Yo débía decir: "Me llamo Sergio y tengo tendencia a complicar mucho las cosas".
Al oír estas palabras, el concursante cambió de idea. "¡¿Qué hay más sencillo que viajar en bicicleta por el desierto?!", debió de pensar. Y yo le apoyo. Es tan sencilla la vida en el desierto... incluso en bicicleta...