Pasamos la noche del viernes en la zona de acampada prevista por la organización, junto al polideportivo de Moralzarzal. Fue una noche tranquila, aunque más de uno soñó con bicicletas de montaña atravesando arrozales. ¿Sería premonitorio?
Irene y Amelia cavando trincheras en la zona de acampada original.
El equipo al completo, en zona seca, a punto de empezar a pedalear.
Después de un desayuno buffet libre marca de la casa (compramos comida para un equipo de rugby entero) acudimos a la carpa del Demo Trek Tour, donde nos habían preparado una cita con nuestras bicicletas de test para la carrera. El amor surgió a primera vista. A Amelia los ojos se le encendieron al ver a su Trek Fuel EX 9.9 (con sistema 2x10) y Sergio tuvo que "conformarse" con una Trek Fuel EX 9 (con triple plato, porque es más globerillo).
Una mirada a la Trek Fuel EX 9.9 y se te queda esta cara.
La salida se dio puntualmente a las 12 del mediodía del sábado 30 de abril y la primera vuelta nos sirvió de reconocimiento, aunque algunos bikers ya habían entrenado en el circuito. En la segunda marcamos nuestro mejor registro, en un circuito en el que todavía había poco barro y que invitaba a rodar rápido en algunos sectores, pero sobre todo, que daba la sensación de ser muy dinámico. Ni muy difícil ni muy sencillo. Eran 12 km llenos de sube y bajas sin rampas demoledoras ni trialeras imposibles, sólo algunas dificultades que te obligaban a estar atento, concentrado, siempre disfrutando del mountain bike.
El comentario más oído durante toda la carrera, desde los boxes hasta la zona de relevos o las duchas versaba sobre lo acertado del recorrido. Lo decía todo el mundo: "Sin lluvia habría sido una pasada". Y es que la lluvia lo deslució en algunos sectores, sobre todo en los que debían ser más fáciles, en los tramos llanos rodadores, en los que el barro impedía el descanso, en la ascensión inicial y en algunas bajadas del primer sector, que se podían hacer montado en la bicicleta pero apretando mucho los riñones y tomando precauciones.
***Nosotros sólo hicimos fotos de la zona de boxes, pero el fotógrafo Pablo Ferao estuvo trabajando en las zonas más técnicas del circuito. En su web pronto podremos ver y comprar fotos de la prueba.
Esperando turno en la zona de boxes.
Para la carrera no teníamos ninguna estrategia previa. Sergio hizo el primer relevo (2 vueltas) y Amelia el segundo (otras dos). Y así toda la tarde, aunque la lluvia, que empezó a caer con más fuerza sobre las 6 de la tarde, nos hizo cambiar un poco los turnos, alargándolos con tal de dar más tiempo al que descansaba para reponerse, comer algo y entrar en calor. El turno más largo lo dió Sergio (4 vueltas seguidas) entre las 8 de la tarde y las 12 de la noche, sensiblemente más lentas de lo habitual, sobre todo a causa del barro que empezaba a acumularse en algunos sectores. La iluminación no fue un problema gracias a las luces Lupine Wilma 5 y Lupine Betty 7. Mientras rodábamos por el circuito de día intentamos memorizar todas las posibles amenazas o peligros (ramas, tocones, piedras, raíces, cortados, escalones, etc.), pero una vez de noche, con el focazo de las Lupine (Sergio con la Wilma 5 y Amelia con la Betty 7) los veíamos igual de bien y con la misma anticipación que a la luz del día. De hecho, no se nos escapaba ni un detalle: hicimos completo inventario de la fauna nocturna local: lombrices de todos los grosores cruzando los caminos, docenas de sapos que saltaban de un charco a otro en mitad de la tormenta, ratones de campo que salían a explorar entre los arbustos cuando amainaba un poco el temporal...
A las dos de la madrugada hicimos nuestra primera parada conjunta. Muchos equipos habían parado a descansar y otros tantos ya habían acabado sus "Doce" (también hay opción de apuntarse a la carrera "corta"). Amelia salió a dar su relevo a medianoche y el circuito estaba peor que nunca. Decidimos parar unas horas y arrancar de nuevo a las 6 de la mañana. Y así lo hicimos.
Entre medio, descansamos como lirones, aunque nuestros vecinos nos demostraron lo duras que pueden llegar a ser este tipo de carreras si eres de los que están delante, luchando por la victoria. "¡¡¡Jo***, he tenido que dar toda la vuelta corriendo, se ha partido el pedal!!!". "¡¡¡Ahora el alemán nos ha recuperado toda la ventaja que le llevábamos!!!". Al cabo de un rato, llega el siguiente relevista y nos volvemos a despertar. "¡¡¡Mierda, se me ha caido la linterna y vengo todo el circuito a ciegas!!!". "Nos han recortado más". "Jo*** tío vaya mierda de linterna... 150 pavos que me ha costado!!!". "No vamos bien, no vamos bien... A tomar por c***... Esto es una ful de Estambul... A tomar por c***!!!". El mecánico y asistencia del equipo Calmera-Trek 29er trabajaba a toda prisa, en silencio, bajo la incansable lluvia, a la luz de un frontal, mientras nosotros intentábamos salir del saco de dormir. El cansancio y los nervios, a estas horas, con la lluvia y el barro y el cronómetro en mano, pueden formar un cóctel explosivo. Ya se lo dijeron a Amelia la tarde antes: "Este tipo de carrera se empieza a decidir a las 4 de la mañana. Es la hora clave. Hasta entonces todo es un puro trámite". Pero no se rindieron. Pese a las dificultades siguieron luchando hasta el final. Y ganaron.
Por nuestra parte, conseguimos abandonar los sacos a las 6 y nos llevó 20 minutos ponernos a dar pedales. La primera vuelta fue tremendamente difícil. Los reflejos no eran los mismos. Luego el cuerpo entró en calor y empezó a obedecer al cerebro con mayor eficiencia, y el terreno, al dejar de llover, también mejoró bastante, aunque había zonas que estaban irrecuperables. Habíamos pensado dar 6 vueltas más el domingo por la mañana, pero el desliz de 20 minutos nos costó una vuelta, pues no logramos recuperarlos.
Sergio dio sus dos vueltas. Amelia otras dos. Y Sergio, la decimonovena. El último paso por meta lo hicimos cuando faltaban 40 minutos para la conclusión de la carrera. Insuficiente para dar una vuelta más teniendo en cuenta nuestros registros. Llevábamos 19 vueltas. Y sorpresa: ¡¡¡éramos los terceros en la clasificación de equipos mixtos!!!
A punto de terminar la carrera, pero el sol no faltó a la cita :-)
Como habíamos vaticinado, fiel a la Ley de Murphy, el sol empezó a brillar exactamente a las 12 menos cinco del mediodía. Atrás quedaban casi dos días de competición, entre la carrera, los preparativos y la acampada. Por delante, el regreso a casa, el viaje de vuelta recordando los mejores momentos, riendo las ocurrencias que tiene uno mientras pedalea en mitad de la noche, los comentarios de otros participantes, las reacciones de la gente... Ahora ya sólo faltan dos cosas: por un lado, el reto Dixan (maillot blanco y barro, qué combinación!!!) y, por el otro, empieza la cuenta atrás, porque ya hay fecha para la sexta edición de las 24doce, a las que no pensamos faltar: 23 de junio de 2012. Hasta el año que viene!!!
El equipo al completo, 24 horas después, con la medalla de disco al cuello.