viernes, 6 de noviembre de 2009
Caminando por Mallorca
Hoy, para variar, una información útil:
El GR-221 a pie, desde Sant Elm hasta Lluc. Tres días caminando en solitario por la serra de Tramuntana, una travesía llena de sorpresas agradables, con muchos desniveles y más bosques de los que había imaginado. La recomiendo totalmente, sobre todo fuera de temporada estival.
A mí me ha servido para oxigenarme un poco, respirar aire puro, ventilar el cerebro y reforzar un poco la musculatura de las piernas.
Anduve en total unas 30 horas, contanto paradas para hacer fotos y comer lo que llevaba: pan de molde, paté finas hierbas, un fuet, galletas maría y quesitos (dieta completa). Iba ligero de equipaje aunque cargué con el saco de plumas de invierno para vivaquear sin problema, pero la cámara reflex compensó la austeridad en otros apartados.
Se pasa por pueblos todos los días, la mayoría muy bonitos, siempre rodeados de naturaleza. Ahí se puede comer, almorzar, cenar o dormir, aunque también hay diversos refugios guardados a lo largo de la ruta y están reconstruyendo algunos más.
No tuve problema para encontrar agua (en los pueblos o en fuentes durante el camino).
Para orientarse es imprescindible llevar los mapas Alpina (ver foto). Algunos tramos del GR-221 están todavía sin marcar. Otros tienen estacas y carteles de madera en los puntos necesarios. No he visto las típicas marcas de pintura blanca y roja (en otros GR a veces tan redundantes) en ninguna parte. Sí hay algunos tramos balizados con "montonc-hitos" de piedras (fáciles de encontrar) y en otros puntos hay restos de unas marcas de pintura ¿rojiza? algo desgastadas por el paso del tiempo.
La ruta es larga y dura: a mí me han salido unos 5.000 metros de desnivel positivo y el terreno es pedregoso en su mayor parte (imprescindible botas o calzado que proteja bien las plantas de los pies).
Si no tenéis tiempo para hacerla entera, os recomiendo especialmente el tramo entre Esporles y Lluc. Me pareció impresionante el Camí de s'Arxiduc, en la cresta de unos acantilados que se levantan mil metros por encima del nivel del mar, así como el revirado descenso a Deià, o la subida al coll des Telègraf o la cima del Puig d'en Galileu, que tuve la suerte de compartir con un grupo de excursionistas mallorquines con los que pasé el resto de la tarde, bajando primero a Lluc, donde decidí poner fin a mi excursión (el GR-221 continúa hasta Pollença, unos 20 km más), y regresando luego a Palma en transporte público (bus hasta Inca y tren desde ahí).
Sólo un detalle más: entre Estellencs y Banyalbufar hay un tramo cortado "por sentencia judicial". Una muestra del conflicto entre propietarios de fincas y los que promueven el senderismo. Hay un cartel que avisa, pero me acerqué por curiosidad: típico cartel de "no pasar" y "cuidado con el perro". Es imposible bordear la finca porque llega hasta el acantilado. Tuve que retroceder 5 minutos y bajé por el curso del torrent del Cerdà (así de paso hice un poco de barranquismo, deporte por antonomasia en Mallorca tras la vela, el paddle y la bicicleta).
Que disfrutéis!!