Salimos a pedalear por el Montseny de Aiguafreda. En domingo, claro, como mandan los 5 mandamientos de la religión ciclista, menos exigente en cuanto a número de normas que otros cultos.
Subidón por Sant Salvador. Mil metros más arriba, un kilo menos bajo la piel y un panorama que te hace sentir más ligero que la nítida atmósfera de la mañana: tras els Cingles del Bertí, aparecen la Mola, el Montcau y, poco antes de llegar al Pla de la Calma, Montserrat, siempre sobresaliente.
Alrededor de Tagamanent, con el Turó de l'Home a las espaldas, hablamos lo que nos dejan la cuesta y el calor. Pero cuando dos ciclistas salen a pedalear, en la conversación dicen más los silencios que las palabras.
Os presento a Gor, un ciclista de pies a cabeza.