El paisaje cambia y el tiempo pasa y las cosas suceden tal y como nosotros cambiamos y sucedemos a otros que a su vez sucedieron a otros tantos. Y si bajo el cambio algo permanece aparte de la estática idea de antigüedad, sin más ambigüedades ni circunloquios podremos afirmar, defender y mantener lo que sea aunque sea distinto. Y si nada queda ya, allá arriba la montaña puede esperar. Desde abajo, en los túneles de la intrincada ciudad, me aborda la completa certeza que ella jamás vendrá a buscarnos.
Autor de la fotografía: David Pérez
Un video para quitar hierro al poco inteligible asunto metafísico...
Y otro para dejar claro que vamos a la montaña a divertirnos :-)